ESCRITOS Y PROPUESTAS PARA SANAR TU PARTO
El parto es una experiencia de entrega absoluta a la Vida. Es entrega a la fuerza del cuerpo en conexión a la Vida. Es soltar el control. Fluir.
Meditación: Sentimos el agua que somos.
El agua que vive dentro de nosotras. Sentimos si fluye o está estancada, si está tranquila o incómoda, cómo es su movimiento, de qué color es.
Visualizamos que estamos en un prado verde y que empieza a llover, comenzamos a notar las primeras gotas en nuestro cuerpo, la temperatura es agradable y la sensación de la lluvia nos hace sentir relajadas.
Sentimos que esta lluvia nos limpia, sentimos cómo nos ayuda a liberar lo que ya no es parte de nosotras, sentimos cómo se desliza por nuestro cuerpo todo aquello que ya no es parte de nosotras.
Nos conectamos de nuevo con nuestro interior, ¿cómo sentimos el agua de la que estamos hechas? Experimentamos cómo fluye, cómo vibra, cómo se ilumina, cómo nos transforma.
Tomamos aire, nuestros pulmones están llenos de la energía de la lluvia fresca, soltamos, liberamos todo lo que ya no necesitamos, todo aquello que ya no queremos en nuestra vida.
Para empezar a sanar la experiencia del parto a través de su relato debemos situarnos en el centro de la historia. Si el relato tiene como protagonista el personal sanitario, la pareja, los familiares, incluso el bebé, te sugiero un ejercicio de centramiento: permítete conectar con un momento del parto en el que te sorprendiste a ti misma, puede que te llegue un sonido, una imagen, un color, un olor...
En la sanación del parto una descubre que no sólo hay un relato, hay varios, son las diferentes historias de nuestro parto y descubrirlas nos libera.
Por un lado está la que consideramos nuestra historia pero se encuentra llena de censuras y de retoques, es una historia que busca justificar todo lo que ocurrió, que busca ser aprobada por el otro, una historia que omite las emociones que no podemos sostener o que ha acabado siendo maquillada para no incomodar al que la escucha.
La otra historia es la que nos han contado, está llena de términos médicos, medidas, cifras y datos, la experiencia emocional no está presente, es un relato al que le damos una gran validez pero en el que no estamos presentes.
En este punto es cuando debemos respirar. Tomar aire y soltar. ¿Cúal es el recuerdo más fuerte que tengo de mi parto/cesárea? ¿Cómo manejé el dolor? ¿Cómo manejé el miedo? ¿Qué fue lo que más me ayudo? ¿Y lo que más me sorprendió?
Una tarea imprescindible es soltar la comparación. Toda comparación entre mi parto y el parto que idealicé, con el parto que idealizo ahora, con el parto que otras mujeres han experimentado. Y en este proceso me reivindico. Reivindico aquello que hice bien y aquello que ahora no haría pero que en ese momento sentí que era la mejor opción, validando la intención positiva que hubo detrás de cada acción.
Al hacer este trabajo de profundización en la historia del parto se manifiesta en nosotras la Mujer Buscadora, sentimos que nuestra historia es transformadora y nos abrimos al encuentro de los recursos internos que se esconden en ella. ¿Qué ha cambiado en mí a través de la experiencia que experimenté?
Como una buscadora de conchas la mujer camina revisando los tesoros que poco a poco van apareciendo en el camino, y los recoge apreciando su belleza, sintiendo que son regalos que la Vida le ha entregado.
Llega un momento en que el relato de nuestro parto se modifica convirtiéndose en sanador para nosotras mismas y para otras mujeres. Sentimos entonces que nuestras palabras son medicina y despierta en nosotras el arquetipo de la Mujer Medicina.
Una Mujer Medicina es una mujer que ha sanado, descubriendo que la sanación es un compromiso de amor incondicional hacia si misma: el compromiso de cuidar su cuerpo, sus emociones y pensamientos, y su alma sin juzgarse, mirando sus heridas y llenándolas a la luz, iluminando su sombra y abrazando su oscuridad, meciéndose a sí misma.
Una Mujer Medicina sabe que la Vida siempre dispone lo que necesitamos para evolucionar. Ve en cada experiencia una oportunidad de desarrollo para elevar la consciencia.
Una Mujer Medicina es consciente de su fuerza interior, se conecta a su poder personal y confía en sus capacidades; ha aprendido a poner límites con amor y por amor, sin culpas, sin miedo a herir al otro o a dejar de ser amada.
Una Mujer Medicina honra a sus ancestros, sana su linaje aprendiendo de él, siente que forma parte de un gran árbol que la sostiene.
Imágenes para transmutar y honrar la vivencia de la cesárea.
La meditación guiada que aparece en este artículo estará publicada en mi podcast de Spotify a partir del día 4 de octubre.
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